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Habilidades blandas de profesionales en el ejercicio independiente
Noviembre / 2022 Academia

Debido a lo anterior, es muy fácil confundir al futuro profesional en relación con que la excelencia en los conocimientos técnicos hará que encuentre la excelencia en el ejercicio de su profesión de forma independiente.

Sin embargo, cuando el recién graduado emprende su despacho profesional, se encuentra con que el éxito de su profesión se basa también en el desarrollo de las habilidades blandas y no solo en el conocimiento técnico acumulado. Ambos son de igual importancia para cerrar negocios con los posibles clientes con los cuales se puede encontrar.

El conocimiento técnico se convierte en el inventario que el profesional debe poner a disposición de la sociedad para ayudar a resolver las necesidades que esta tenga, a cambio de los respectivos honorarios. Por lo que el reto consiste en mostrar y vender el inventario de sus conocimientos y especialidades, y que puedan llegar a los clientes indicados. Y es acá en donde se activa el complemento de las habilidades blandas, como las capacidades que están relacionadas con la manera que interactuamos con otras personas.      

El camino para obtener un despacho profesional suele ser un proyecto que se desarrolla con esfuerzo y haciendo frente a diversas dificultades, como toda empresa, para poder alcanzar los objetivos trazados. Por lo que, para no quedarse en el intento, es indispensable que los profesionales también gestionen las siguientes características y habilidades blandas al optar por ejercer de formar independiente sus actividades:

Creatividad: Generar nuevas ideas que permitan resolver problemas de forma eficiente. En estos tiempos de cambios tecnológicos, hará una gran diferencia entre los competidores.

Disciplina: En muchas ocasiones los resultados no se verán de forma inmediata, por lo que cambiar de actividades para obtener objetivos más inmediatos, pero fuera de la visión de la firma, pueden encontrarse con muchas tentaciones, por lo que se debe tener orden y constancia en las actividades que lleven exclusivamente a los objetivos iniciales sin efectuar actividades que no nos aparten de ellos.

Trabajo en equipo: Como líder del proyecto, saber tomar lo mejor de cada participante, para lograr sinergia, ayuda mucho a no desperdiciar recursos valiosos en el emprendimiento.

Flexibilidad: Debe contar con la capacidad para adaptarse con facilidad a las diversas circunstancias que puedan darse en el desarrollo de los negocios y comprender que a veces las cosas no salen como se planifican, y que al final esto puede sumar a los objetivos trazados.

Relaciones públicas: La comunicación de forma estratégica para que se conozcan los servicios, la marca y los valores del despacho conlleva a construir relaciones mutuamente ventajosas entre la firma profesional y sus clientes.

Proactividad: Anticiparse a los acontecimientos que podrían perjudicar al negocio o identificar las oportunidades de mejora para tomar decisiones en sus actividades conlleva a mantener una cultura de gestión de riegos empresariales.

Adicional a lo indicado con anterioridad, cabe señalar que la ética, como el conjunto de normas morales que rige la conducta y la inteligencia emocional del profesional para reaccionar frente a las emociones de fracaso, frustración, enojo y miedo, entre otras, son habilidades con fuerte impacto para concretar la firma profesional a través del emprendimiento.

Las habilidades blandas se pueden desarrollar sin importar la profesión, iniciando por la autoevaluación para identificar las oportunidades de mejora y elaborar un plan de acción para dominarlas. Si aún se carece de alguna de ellas, hoy es un buen día para empezar a obtener el complemento de los conocimientos técnicos y así estar preparado para el ejercicio de la profesión de forma independiente.