Desde los inicios de la comunicación 0.0, se logró transmitir la información cara a cara. Posteriormente, la humanidad desarrolló sus habilidades con la comunicación 1.0, pues esta es emitida a través de los medios de comunicación tradicionales, como periódicos, televisión y radio. Es decir, se expande entre la opinión pública; en ella, los emisores son actores seleccionados para compartir mensajes. Esta es unidireccional, donde el receptor se limita a creer lo que se le informa y no hay manera de retroalimentar las temáticas.

Con el paso del tiempo, la generación centennial (1996-2012) se volvió dueña del contenido y la información, pues en la comunicación 2.0 nacen los famosos nativos digitales, quienes entran en el entorno virtual desde las redes sociales. Ahora, no solo reciben la información, sino que también transmiten contenidos de toda índole, y así, en la evolución de la comunicación 3.0, se vuelven dueños de lo que reciben. La interacción es continua y, por otro lado, la convivencia familiar y social se da a través de las plataformas en línea.

Con el avance de la comunicación, es importante adaptarse al entorno digital, pues ahora es un reto adquirir competencias y habilidades para enfrentar los desafíos, ya que grandes empresas y personas naturales están optando por intercambiar ideas con la ayuda de las redes sociales y el internet.

Actualmente, la comunicación 4.0 es bidireccional, es decir, el intercambio de mensajes se da constantemente entre múltiples fuentes de información. Es por ello que ha generado un impacto en el mundo de los negocios, al ofrecer servicios y productos en las distintas plataformas digitales. Esta no solo reduce costos, sino que también aumenta la construcción de relaciones sólidas entre los distintos públicos. Cabe destacar que con el uso de estas plataformas existe la posibilidad de aumentar la publicidad orgánica, basada en la interacción en las redes sociales.

La nueva realidad es la fusión de un mundo digital, ya que, gracias al internet, las marcas se movilizan en un espacio en línea, puesto que la comunicación 4.0 va en conjunto con la industria en una moderna conexión que permite que las organizaciones y las personas se comuniquen por medio de herramientas tecnológicas, facilitando la conectividad entre clientes. Esta es omnicanal, debido a que se integran múltiples canales de comunicación para generar conversación (redes sociales, correo electrónico, chat).

El Big Data es uno de los elementos necesarios que contempla esta evolución para crear un análisis de datos que permita desarrollar estrategias efectivas para el crecimiento comercial. Este se maneja a través de diversas herramientas y software que recopilan datos de usuarios en tiempo real, en aplicaciones como sitios web, redes sociales y transacciones electrónicas. Los empresarios que supervisan constantemente su imagen corporativa suelen estar al tanto de las estadísticas del marketing digital.

En otras palabras, los resultados dependerán de la reacción del usuario ante un anuncio publicitario de su producto; por ello, el uso de la comunicación digital es una necesidad para identificar los factores que afectan el crecimiento del negocio, así como para tomar acciones que mejoren el desempeño de la empresa.

La comunicación 4.0 requiere adquirir competencias; es un reto formar parte del mercado en línea, y también adaptarse al sistema operativo que conecta con el cliente.

Algunas marcas adoptan servicios que mantienen comunicación directa con el consumidor, como parte del entorno digital, donde no es necesario que uno de los asesores de ventas esté tan pendiente de sus transacciones; sin embargo, esto depende del modelo de negocio.

Las formas en que las organizaciones se comunican no están del todo familiarizadas con estas nuevas maneras de relacionarse con el público, ya que requieren capacitación y herramientas tecnológicas que permitan optimizar las tareas y transformar una cultura distinta a lo tradicional. Por esta razón, se pierde ventaja en tiempo y dinero al no maximizar dichos recursos innovadores.