La banca digital (BD) se ha convertido, en los últimos años, en una opción rentable para empresarios y consumidores de todo el orbe. Gracias a la innovación tecnológica y la transformación digital, más personas han decidido usar las transacciones en línea, ya sea por compras, pagos de servicios, entre otros. Ha de entenderse que el mundo se digitaliza cada vez más. Los trámites bancarios y de los sistemas financieros deben integrarse a esto nuevos cambios.
Estos procesos no solo son evolución, sino, más bien, son inversiones digitales realizadas en su mayoría por entidades financieras, pues se ven obligadas a mejorar, innovar y optimizar los canales de solución de forma acelerada y enfocados en las necesidades de sus clientes, por lo que el mundo financiero ha tenido la necesidad de digitalizarse.
Hablar de BD es hablar de innovación financiera, porque permite agilizar las operaciones financieras, promueve la bancarización sin olvidarse de las fintechs, que se vuelven el medio para desarrollar los servicios financieros, permitiendo la producción de servicios digitales, ya sean de ahorro, crédito, transferencias, entre otros.
Ahora, ha de comprenderse que gran parte de esta innovación corresponde a la necesidad del sector financiero, surgida por la pandemia de la COVID-19, de mantenerse cerca de sus clientes, abriendo paso al protagonismo de la BD, que transforma la manera en la que el cliente percibe y maneja sus finanzas, pues es cierto que buena parte de las estrategias se encuentra en el promover el uso de la BD, como lo resalta la BBVA en unos de sus artículos al respecto.
Pero no solo se trata de innovar en el mundo financiero, sino, más bien, de crear un mundo financiero inclusivo, que permite al cliente acceder a sus sistemas de pago, prácticos y seguros. Gracias a esta inclusión, muchos países de Latinoamérica pueden notar un incremento en la experiencia bancaria. Si nos enfocamos en El Salvador, solo en 2022 pudo reflejar un incremento en transferencias del +662 %, tomando en cuenta lo indicado por la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa) en su último boletín.
“La banca continúa trabajando para incluir a más personas en el sistema financiero, brindando servicios para realizar transacciones económicas, rápidas y eficientes”, destaca Abansa.
Teniendo en cuenta este contexto, es necesario que las entidades financieras sigan innovando para poder responder a las nuevas necesidades y hábitos de los clientes, diseñando estrategias que faciliten el proceso de soluciones simples; la optimización de canales digitales seguros y efectivos, pues las tendencias vistas en 2022 potencian la transformación digital, marcando una ruta de cambios que siguen y seguirán presentes este año.
De ahí que la BD toma el protagonismo como una de las principales tendencias del 2023, pues son opciones que se han vuelto atractivas para los clientes, inclusivas; brindan varias ventajas que facilitan las operaciones, como hacer transacciones de manera más eficiente sin necesidad de salir de casa. Por eso, el ecosistema financiero ha de seguir en una constante innovación y modernización.
Sumado a esto, la integración de la banca abierta, que si bien es un fenómeno que debe superar ciertos retos, incluye un enfoque que permite a los usuarios compartir datos, la facilitación de transacciones, posibilidad de potenciar las ventas cruzadas de productos y agregar nuevas capacidades, sin olvidar la tecnología blockchain, que impulsa la transparencia y eficiencia operativa.
Ahora bien, la BD seguirá avanzando e innovando, por ello el mundo financiero ha de tomar nota para ser la nueva industria que habilita a sus clientes el acceso a sus cuentas, permite transacciones financieras y pagos sin contacto personal de forma segura; pero tendrá la tarea de llegar a los nuevos segmentos de clientes, que optan por manejar sus cuentas bancarias de forma cien por ciento digital.