Utec: 35 años de impacto positivo en la sociedad

La Universidad se inició como un instituto tecnológico, cuyo desarrollo se orientó a partir de 1981 hacia la educación superior universitaria, en virtud de las condiciones imperantes en esa época. La dinámica del cambio, que desde el principio fue la característica esencial de la Universidad Tecnológica, le favoreció para mantener un crecimiento sostenible en infraestructura física, en organización, en calidad y diversidad académica, y por supuesto, en población estudiantil, situándose, en el transcurso del tiempo, por las razones apuntadas, como la universidad privada más grande del país. Hoy, 35 años después, aquella iniciativa de servicio educativo se mantiene vigente y presente como compromiso en favor del futuro de la sociedad salvadoreña. Los cinco fundadores iniciales fueron el Lic. José Mauricio Loucel, el Ing. José Adolfo Araujo, el Lic. Rufino Garay, el Lic. Juan José Olivo y el Ing. Edgar Emilio Zepeda.

ANÁLISIS RETROSPECTIVO.

El conocimiento en acción es el motor de la evolución de la humanidad y la educación el medio de su multiplicación. A lo largo del tiempo, cuando se estableció una escuela, el aprendizaje se sistematizó y, cuando se fundó una universidad,  la sociedad se desarrolló.

Desde el primer instante, los cinco fundadores se plantearon,  con mucha visión y con firme resolución,  establecer un centro de estudios, que fuera capaz de superar la limitante de preselección del númerus clausus de la oferta universitaria del pasado, ofreciendo una educación amplia y abierta para todos los salvadoreños, sin distinciones de ninguna clase; que sobresaliera por su relevancia educativa, en el sentido de la proyección personal y de la pertinencia del conocimiento recibido, para un exitoso desempeño profesional y social. Los fundadores se plantearon a sí mismos “vamos a ser una universidad alternativa en términos de matrícula estudiantil y exitosa en términos de reconocimiento social por la educación ofrecida”.

Los fundadores consideraron que la Universidad debería instalarse, en el punto de encuentro de todos los accesos que llegan al centro de la ciudad capital, para facilidad de la población estudiantil demandante. Cuatro fueron los principios fundamentales que impulsaron eficazmente el proyecto de fundación de la Universidad: Primero. Un espíritu de innovación permanente en la gestión autosostenible de una empresa educativa.  Segundo. Una articulación flexible y modular al pensum de estudios.  Tercero. Una aplicación más efectiva de  los principios y metodologías de la didáctica y pedagogía en el proceso de enseñanza-aprendizaje del nivel superior. Y cuarto. Una preocupación permanente por la calidad de la educación, seleccionando y capacitando a los docentes.

FILOSOFÍA, MÉTODO EDUCATIVO Y ORGANIZACIÓN.

La Universidad Tecnológica de El Salvador ha sido un centro de estudios superiores que, desde su fundación, adoptó como filosofía, el ser una universidad caracterizada por ofrecer una buena educación y ser accesible a amplios sectores poblacionales, sin distinciones de ninguna naturaleza y con la característica fundamental de que los costos de estudios se adecuarían a la realidad salarial de la mayoría de las familias salvadoreñas.  La oferta de la UTEC se ha diferenciado por ofrecer una amplia variedad de carreras, las cuales, se desarrollaban en un principio de manera presencial, luego semipresencial y posteriormente se implementó la modalidad virtual. El catálogo de estudios comprendía carreras que favorecían incorporarse tempranamente al mercado laboral y disponer de una variedad de horarios que permitió a los que trabajaban y a aquellos cuya residencia se localizaba en ciudades y municipios alejados de la capital,  concurrir a las horas más convenientes, según sus necesidades y posibilidades.

La Universidad Tecnológica ha promovido, desde su fundación, un espíritu de innovación educativa, en un contexto de orientación, apoyo, práctica, convivencia en valores y aplicación laboral del conocimiento adquirido.

Nuestra Universidad  ha sido una institución abierta a todas las corrientes de pensamiento, tanto en el estudio como en su divulgación y en esa condición necesaria e indispensable de libertad académica, ha promovido la investigación y  el análisis a partir de las diferencias y analogías que el saber académico ha distinguido según la profundidad del tema y la capacidad e interés particular de cada estudiante. No obstante, la Utec ha asumido, en determinados momentos, posición de profunda reflexión y denuncia frente a los graves problemas nacionales, colaborando de forma decidida a los esfuerzos por la paz,  la justicia, el bien común y el desarrollo nacional.

Los programas de estudio se han ajustado paulatinamente al criterio de integridad educativa para ofrecer graduados capaces en su saber y hacer profesional, conscientes de sus derechos y deberes ciudadanos y solidarios en la relación humana. Desde la apertura institucional, se adoptó una organización, que permitiera cumplir con las diversas funciones de dicho mandato, enmarcando su actividad y asumiendo, dentro de los principios privados de la administración, una dirección estratégica, bajo el modelo de administración por objetivos y resultados, logrando al final, una  educación satisfactoria como la deseada por el gobierno, el pueblo y el sector productivo.  La característica principal  fue la de mantener un compromiso de autosostenibilidad;  ya que conociendo la falta de apoyo estatal para nuestros estudiantes, también salvadoreños y,  sin afectar la economía familiar de docentes y estudiantes, permitiera a la institución obtener los ingresos suficientes para  financiar  una  educación  universitaria de  igual o mayor nivel al de las instituciones del sistema.

IMPACTO EN LA REALIDAD NACIONAL.

Es más que evidente, que la fundación de una nueva universidad fue un evento que, por sí mismo, causó impacto e interés en el sector productivo, en el sector profesional, en el sector académico y en el sector de los jóvenes estudiantes deseosos de iniciar y concluir estudios que les permitiera adquirir conocimientos, habilidades y destrezas para un cumplimiento laboral digno y prestigioso que solo podía ofrecer una carrera universitaria  e,  incluso, fue motivo de complacencia para el gobierno y para la sociedad en general, el hecho positivo de nuevas opciones de capacitación para el avance del país y de nuevas oportunidades para los jóvenes marginados por el sistema establecido.

El impacto en el sector productivo fue el de abrir espacios a nuevas áreas del conocimiento, con la consiguiente oportunidad de incorporar profesionales con nuevas aptitudes vocacionales y actitudes conductuales que  podían enriquecer una opción calificada en el mercado laboral. De igual manera, en el sector profesional se diversificó la procedencia de la formación universitaria, lo cual aportaba, nuevas capacidades adquiridas con carácter y criterios diversos, elevándose el nivel de los graduados y de los campos del conocimiento propios de cada carrera.

En el sector académico, se generó una sana competencia por ofrecer saberes y dominios diferentes de aquellos tradicionales anclados en el saber y prácticas del pasado. En el gobierno, el impacto se dimensionó positivamente porque esta clase de iniciativa no sólo significaba progreso social y desarrollo del capital humano, sino también, ahorro en el presupuesto nacional, el cual podría dirigirse a satisfacer otros requerimientos y exigencias populares. Finalmente, la sociedad lo percibió como un cambio favorable  hacia la movilidad social, en donde otros salvadoreños accederían a oportunidades laborales de mejor calidad y a ingresos mayores, generándoles una vida personal y familiar más digna y próspera.

La actual población estudiantil es de 25,619  y el total de graduados hasta la fecha es de  28,223. La oferta es de 13 carreras de licenciaturas, 3 ingenierías, 3 licenciaturas bilingües, 8 licenciaturas virtuales (no presenciales), 4 maestrías, 10 técnicos, para un total de 41 carreras. Nuestro cuerpo docente está integrado por 588 profesionales.

Actualmente la UTEC se ha incorporado al proceso de la internacionalización con la movilidad de docentes y estudiantes; así,  tiene becados a 25 docentes, a 5 estudiantes graduados y a 25 estudiantes en etapa de formación para realizar estudios en universidades europeas.

CAMBIOS EN EL PROCESO CURRICULAR.

Año con año, los programas de estudio se han ido actualizando en sus contenidos, en su aplicación, así como en su relación con el conocimiento propio de una revolución del saber y de un mundo globalizado, que señalaba nuevos horizontes a la formación curricular de la educación superior.

La enseñanza se orienta a la pertinencia del saber a efecto de que el educando reciba la formación apropiada a su disciplina, a su futuro desempeño profesional y a su papel en su entorno social. Con base a ese propósito el estudiante recibe conocimientos y aprende habilidades y destrezas de conformidad con las exigencias propias de su realidad mediante una serie identificada de competencias generales, básicas y especializadas.

La investigación es una actividad muy propia de una institución de educación superior por cuanto la sociedad del conocimiento y de la información avanza inexorablemente en el campo de todas las ciencias lo que implica su seguimiento, su confrontación y la búsqueda tanto de sus premisas básicas como de la capacidad de sus alcances. La Utec ha venido realizando un intenso esfuerzo en la búsqueda de la verdad y de sus consecuencias en el contexto de nuestra realidad social, política y económica, impulsando el nuevo saber en nuestros currículos y en el servicio a la sociedad.

La enseñanza y la investigación interactúan en una simbiosis de mutuo apoyo para que sus efectos lleguen a los miembros de nuestra sociedad. En este concertado esfuerzo todos, directivos, docentes, empleados y colaboradores ponen sus conocimientos y su voluntad al servicio del propósito de mejorar la realidad de los salvadoreños. Se ofrecen capacitaciones, se divulgan investigaciones, se apoyan proyectos de diversa naturaleza para que la superación de los otros sea un elemento importante de nuestro interés  académico.

El énfasis en nuevos y diversos métodos y técnicas de la educación, ha sido una constante en la capacitación de los educadores y en la aplicación para el aprendizaje, exigiendo en cada asignatura, una metodología apropiada a las características propias del conocimiento a impartir y de las recién incorporadas competencias laborales ahora propuestas en el programa de estudios. La educación práctica a partir del saber adquirido ha sido, desde siempre, un método educativo de gran impacto en el aprendizaje de los estudiantes y con ese fin ahora se ha reforzado con la incorporación de la formación por competencias.

Teniendo presente el aprender haciendo, la Universidad ha mantenido un propósito continuado para ofrecer centros de práctica adecuados al área del conocimiento en proceso. Se inició con laboratorios de computación y continuó con programas sofisticados de software y algunos otros que no existían en el sistema terciario, tales como: Sala de Radio y TV; Sala de Audiencias para Ciencias Jurídicas, Laboratorios de Fotografías, Cámara Gessell, Clínica de Psicología, Centro de Mediación, Museo de Antropología, y una amplia biblioteca con más de 110,000 volúmenes repartidos en 9 bibliotecas especializadas y con base de datos que utilizan las instituciones más calificadas del mundo. 

PROYECCIÓN INSTITUCIONAL

La administración educativa es, cada vez,  más determinante en la gestión del conocimiento. El saber humano ahora fluye por el espacio en todas dimensiones, en todo tiempo y para todo público.  La necesidad del saber se  ha multiplicado de  manera exponencial y  la sabiduría absoluta   ya sólo es una referencia propia de los clásicos de la antigüedad. La gobernanza de las instituciones educativas de nivel superior requiere en la actualidad, una estructura de dirección y control que sea capaz no solo de acompañar la presente revolución del conocimiento, sino de anticipar y prever cuales son los aspectos que reclamará la educación universitaria del mañana, a efecto de responder, efectivamente, a los requerimientos políticos, sociales, económicos y tecnológicos  del futuro de nuestra sociedad.

En nuestra institución, la proyección estratégica se maneja de acuerdo con el avance de la ciencia, de conformidad con las demandas de una educación dinámica e interactiva y con base en los  recursos físicos, humanos y financieros que posee la universidad. Cuando los recursos se reciben generosamente de fondos públicos, o cuando los ingresos vienen de elevadas cuotas de estudio; entonces la decisión de crecer, aumentar, modificar o cambiar,  puede realizarse sin traumas ni contratiempos, pero, cuando los ingresos son bajos y los recursos limitados, entonces la administración creativa supera los obstáculos de la escasez  para mantener el paso y cumplir las metas y objetivos planificados. De conformidad con esa condición situacional, se apoya un propósito de mejorar  la educación que ofrecemos y por ello, incrementar de forma racional los servicios de apoyo para la enseñanza, debe ser una prioridad permanente en el corto y el largo plazo.

Pensar en el futuro siempre nos hace pensar en avanzar, en crecer, en prosperar.  El futuro está lleno de oportunidades y de incertidumbres y por esa razón, siempre se debe prever un contexto determinado, que permita un análisis equilibrado, para definir aquellos proyectos que se vinculan con el marco referencial de nuestra visión y misión. Vivimos tiempos difíciles, la crisis mundial nos afecta y los factores internos como la violencia, la pobreza, el desempleo,  condicionan nuestras perspectivas del mañana. No obstante ese oscuro panorama, la universidad no puede renunciar a establecer metas de crecimiento en calidad educativa, en infraestructura, en organización y en servicios.  Nos hemos comprometido a graduar estudiantes que saben ser en su intimidad espiritual; que saben hacer en su condición profesional; que saben conocer y comprender el entorno de su realidad para prosperar en la vida y que saben convivir para una relación de paz, a partir del mutuo respeto con los otros. Nos proponemos entregarles un pasaporte para la vida. Nuestro pensamiento estratégico se encuentra fundamentado en una gestión educativa centrada en la calidad del graduado y en la innovación  tecnológica como factor de apoyo para el desarrollo institucional. Consideramos que debemos llevar nuestra institución a una estructura que piense y actúe para lograr una mayor coordinación y consecuentemente una rentabilidad mayor en términos de resultados educativos.  En nuestra organización educativa compartimos, de manera inherente, el concepto de que: “la calidad es un proceso dinámico de planeación y acción, para hacer mejor lo que ya es bueno”.

En nuestro medio, la educación superior todavía tiene oportunidad para proyectarse con las experiencias de las sociedades desarrolladas.  En ese sentido, relacionar la educación universitaria con la labor productiva de las empresas es un factor, que sin duda, materializa el precepto del saber hacer, es decir, de la aplicación del conocimiento teórico a un ambiente real de producción. Esta oportunidad de combinar teoría y práctica con el campo empresarial, es un factor que, sin duda, permite impulsar las oportunidades de la empleabilidad de nuestros graduados. Estamos convencidos de que el prestigio institucional debe venir de sus hechos y de sus éxitos.

En cualquier proyecto de mejoras y crecimiento no se puede ignorar que el ambiente urbanístico es un factor de comodidad y de apoyo a la labor educativa y que, en consecuencia, procurar una relación amistosa entre el ser humano y el ambiente que le rodea, debe ser un propósito permanente en el desarrollo del campus. Los edificios, las aceras, los pasillos, los jardines, las aulas, los centros de práctica y en general los diversos espacios internos y externos, deben mantener una condición amistosa, de limpieza, ornato, seguridad y comodidad,  para lograr la plena integración y armonía de la comunidad tecnológica que la constituimos todos; los que dirigen, los que enseñan, los que trabajan y por supuesto nuestros jóvenes estudiantes. Así como también los pequeños empresarios que viven y se desarrollan en nuestro entorno.  Para atender apropiadamente, tenemos vigilancia electrónica y 84 agentes para el servicio de seguridad de nuestros estudiantes, docentes y empleados; tanto dentro como fuera de los límites de la Universidad, disponemos de más de 100 empleados para el aseo, ornato y embellecimiento de nuestro campus para fortalecer el propósito de una verdadera ciudad universitaria.

NUESTRO COMPROMISO FUNDACIONAL SIGUE VIGENTE; NUESTRO ESFUERZO DEL CAMBIO ES PERMANENTE Y ASUMIMOS CON PLENA CONVICCIÓN, QUE LA  ENSEÑANZA CON CALIDAD Y EL APRENDIZAJE DE LO PERTINENTE ES EL RETO DE HOY Y DE SIEMPRE EN FAVOR DEL PUEBLO SALVADOREÑO.

Prevención: la única cura

La única forma de luchar contra la infección del virus del zika es previniéndola: evitar los criaderos de mosquitos. Así lo ha declarado la Organización Mundial de la Salud (OMS). El zika es provocado por el zancudo Aedes aegypti, es el mismo que produce el dengue y la chikungunya.

Al principio de lo que hoy es una pandemia, el mal no parecía tan grave, pues sus padecimientos eran, aparentemente, más leves que los de las otras dos enfermedades. Sin embargo, ahora se conoce que este virus está asociado al síndrome de Guillain-Barré (el sistema de defensa del cuerpo [inmunitario] ataca parte del sistema nervioso por error, resultando en inflamación de nervios que ocasiona debilidad muscular o parálisis y otros síntomas) y, muy probablemente, a la microcefalia (desarrollo insuficiente del cráneo, casi siempre acompañado de atrofia cerebral en recién nacidos) de madres infectadas, lo cual ha provocado alarma internacional.

Esta emergencia incluye a El Salvador, al grado que el Ministerio de Salud (Minsal) ha recomendado a las mujeres no embarazarse durante 2016 y 2017 por el riesgo que correrían los neonatos en este sentido. También se están realizando jornadas de prevención, control y eliminación de criaderos de zancudos por parte del Minsal y la Dirección General de Protección Civil.

La gravedad de este brote —que ya está presente en 24 países de América— es comparada con la de la gripe H1N1 y la del virus del Ébola, por lo que es necesario considerar en serio el daño que causa su propagación en la población y la economía. Por ejemplo, una recomendación de no viajar a los países afectados por este virus hecha por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, con sede en Atlanta, según expertos, afectará la economía de países como Brasil, Colombia y, por supuesto, El Salvador, donde hay una creciente afluencia de turistas.

Otra de las consecuencias que este virus trae consigo es el impacto en el sistema de salud nacional, en la inversión en medicamentos, en el personal hospitalario y en los espacios para tratar a los pacientes. En el caso del síndrome de Guillain-Barré, puede llevar largos períodos de rehabilitación, generando pérdidas de empleo o, en el peor de los casos, hasta la muerte. La microcefalia puede acarrear retardo físico y mental en los niños, lo que afectará, sin duda, su desarrollo futuro en general.

De acuerdo con la OMS, este letal virus puede llegar a afectar a tres o cuatro millones de personas en el mundo. Por ahora no existe tratamiento; tampoco hay una vacuna, y, según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), no la habrá pronto.

Si bien es cierto aún no está científicamente comprobado que los casos de microcefalia estén vinculados con el zika, es necesario que todas las mujeres embarazadas —principalmente en los primeros meses— tomen las medidas necesarias y consulten con un médico ante cualquier síntoma asociado dicha infección. También es necesario proteger a los adultos mayores y a los niños, ya que suelen ser los más vulnerables en estos casos. Los mosquiteros y los repelentes se vuelven indispensables, pero, más que eso, la eliminación de los criaderos de zancudos.

Tomar conciencia de las graves consecuencias que podría tener en el país y en el mundo esta pandemia pasa por la necesidad de que cada persona, cada familia, cada institución, tome cartas en el asunto para evitar criaderos de zancudos en su entorno. No debemos esperar a que los encargados de la salud pública visiten nuestras viviendas o lugares de trabajo para eliminarlos. Bastan unos minutos para hacer una revisión y constatar que no existan las condiciones para que este insecto se reproduzca. La mejor y —hasta el momento— única acción para combatir estos virus hasta erradicarlos es la prevención; y esta es responsabilidad de todos.

Abriendo las puertas de un nuevo ciclo académico

La Utec inicia sus actividades académicas del año 2016 con la misma actitud positiva de siempre, la que se ha convertido en un sello que distingue a la universidad. Es además el momento de reflexionar con mucho sentido de responsabilidad sobre nuestro quehacer educativo, por lo que conjuntamente con el cuerpo docente se ha analizado el modelo educativo, en una aproximación al deber ser; así como el perfil del docente 2020-2030, conscientes de que más que una universidad, somos un impacto en la sociedad.

Fue en un congreso docente que se abrió el espacio para que los educadores reflexionaran sobre los retos visionarios de la Utec, que aspira llegar a ser reconocida como una de las mejores universidades privadas de la región, a través de sus egresados, de sus esmerados procesos institucionales de construcción y aplicación del conocimiento, y de sus propuestas de soluciones pertinentes a las necesidades de amplios sectores de la sociedad.

El 12 de junio del presente la Utec cumplirá 35 años de existencia, tiempo durante el cual nunca ha dejado de reinventarse y anticiparse a las necesidades del entorno, en un ejercicio permanente de innovación que nos ha llevado a ser pioneros al introducir carreras y modalidades de enseñanza, mismas que al verlas hoy adoptadas por otras instituciones, nos indican que hemos hecho bien las cosas; y nos motivan a seguir por esa misma ruta de seguir proponiendo cosas nuevas.

El mundo entero y, por ende, la sociedad salvadoreña, evolucionan constantemente. Por tal motivo, en esa definición de hacia dónde queremos ir y cómo nos planteamos lograrlo, hemos rescatado la importancia y definido el contexto en que se desenvuelven tanto el docente como el estudiante, para no dejar de tomar en cuenta el modelo educativo centrado en el aprendizaje, que implica la capacidad de autoaprendizaje del estudiante y un cambio de rol del docente, que se orienta hacia la adquisición de competencias y a saber relacionarse.

Estamos tomando en cuenta también las características de la sociedad, las competencias del profesional, llamado cada vez más a ser emprendedor, a tener más creatividad que información, a estudiar durante toda la vida. Y no podemos dejar por fuera el enfoque antropológico, que considera características como líder, global, cuestionador, crítico, colaborativo y, sobre todo, conectado, entre otros.

Estamos conscientes de que los tiempos que vivimos son difíciles y que muchos, sino todos, vienen a esta universidad haciendo verdaderos esfuerzos. Al escogernos como sus mentores depositan en nosotros sus sueños y aspiraciones, al tiempo que nos trasladan un compromiso que debemos honrar. Por eso es válido este ejercicio de reflexión y toma de acciones consecuentes, para que cuando quienes hoy inician un nuevo ciclo académico crucen la puerta de salida como graduados Utec, tengan las competencias necesarias para desempeñarse eficaz y eficientemente en el mundo profesional, y, sobre todo, para que logren ser personas de bien, que impacten positivamente en el país.

¡Sea bienvenido el ciclo 01-2016!

Prevenir es la mejor solución

Vivimos en un país vulnerable a los sismos, derrumbes, huracanes, a las erupciones volcánicas y a otros fenómenos naturales. Estos son inevitables, ya que son parte de los constantes cambios en la naturaleza. Además, no podemos ignorar que tenemos 23 volcanes y nos encontramos en una zona propensa a fuertes movimientos telúricos, pues estamos en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico.

En los últimos años el país ha sufrido los efectos de cambios climáticos, como El Niño, que influyen en la inestabilidad pluvial al inicio del invierno, causando menor disponibilidad de agua, lo cual afecta a los cultivos, provoca sequía e incendios forestales, entre otros. Pero también están aquellos períodos de lluvias torrenciales en los que los milímetros de agua que caen son tan elevados y se precipitan en tan poco tiempo que generan derrumbes, accidentes e inundaciones.

Según el Banco Mundial, “la intensidad de los fenómenos climáticos extremos ha aumentado. Ningún país, rico o pobre, está a salvo de los impactos de los desastres vinculados con el clima”, y agrega que es un hecho indiscutible que los humanos están provocando el recalentamiento global, lo cual es preocupante y nos lleva a pensar que existen fenómenos que sí pueden ser evitados o, al menos, tomar acciones para disminuir su impacto y que no sean devastadores.

Pero ¿qué es el cambio climático? Según la web de Cambio Climático Global es un cambio significativo y duradero de los patrones locales o globales del clima; las causas pueden ser naturales, por ejemplo, las variaciones en la energía que se recibe del Sol, erupciones volcánicas, circulación oceánica, procesos biológicos y otros; o puede ser causada por influencia antrópica (por las actividades humanas), por ejemplo, a través de la emisión de CO2 y otros gases que atrapan calor, o por la alteración del uso de grandes extensiones de suelos que causan, finalmente, un calentamiento global, que es el aumento gradual de las temperaturas de la atmósfera y los océanos.

El cambio climático —tal como lo menciona el Banco Mundial— afecta a todos los países, en consecuencia El Salvador no está lejos de esta realidad. Según un informe de Naciones Unidas presentado este año, El Salvador ocupa el puesto ocho en vulnerabilidad en el mundo; aunque hace algunos años estaba en el uno.

En cuanto a la situación ambiental, de acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN),  el 60 % de contaminación en el gran San Salvador proviene del humo que emiten los vehículos particulares y los  del transporte público. La poca calidad en el aire que respiramos incrementa el número de personas con enfermedades respiratorias e implica mayor gasto económico en hospitalización y medicamentos.

Los desastres naturales también impiden que el país tenga un desarrollo sostenible, pues cuando se dan estos fenómenos el retroceso en la economía es significativo, puesto que se deben destinar recursos a la reconstrucción o reparación de los daños; sin dejar de lado la lamentable pérdida de vidas humanas. Todo esto nos lleva a ver la importancia de tomar acciones, desde nuestras posibilidades, para hacer algo que contribuya a resarcir o disminuir los efectos destructivos de esos fenómenos.

Las universidades, como formadoras de profesionales, tenemos la responsabilidad de ayudar a la mejora de nuestro ambiente para el bien común. Algunas de las acciones que la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec) ha tomado es el impulso de su Cátedra Ambiental, cuyo programa Utec Verde, busca vincular a los estudiantes con actividades que impacten en la conservación de la naturaleza.

Desde la Vicerrectoría de Investigación y Proyección Social de la Utec se han realizado diversas investigaciones relacionadas con la búsqueda de soluciones a problemas que afectan el medio ambiente. Una muestra de estas son “Los costos sociales de la contaminación hídrica en la microcuenca del río Las Cañas” y “Análisis del tratamiento y nivel de contaminantes por lámparas fluorescentes en El Salvador”, entre otras de similar importancia.

Acciones pequeñas como apagar la luz cuando no se utiliza, cerrar puertas y ventanas cuando el aire acondicionado está encendido, cerrar bien el grifo después de utilizar el agua, son de gran importancia y suman al mejoramiento y sostenibilidad del medio ambiente. Es por eso que la Utec hace conciencia en estos temas a sus colaboradores y estudiantes a través de mensajes como Gracias por apagar la luz cuando no la utiliza, en todos los interruptores.

El 13 de octubre es el “Día Internacional para la Reducción de los Desastres”, establecido con el propósito de concienciar a los gobiernos de todo el mundo y a las personas para que tomen medidas encaminadas a minimizar los riesgos debidos al deterioro provocado. Desde acciones tan sencillas como sembrar un árbol, no botar basura en la calle, no desperdiciar el agua, todos podemos contribuir a la reducción de la vulnerabilidad de nuestro entorno. Los grandes cambios en la naturaleza son impredecibles e incontrolables, pero los daños que causan pueden ser siempre menores si estamos preparados para afrontarlos desde la prevención.

Diálogo y clima de negocios

Para nadie es un secreto que la economía del país no se encuentra en su mejor momento. Las causas de esta realidad son diversas, todas importantes y urgentes para enfrentar; pero hay una que merece especial atención: la ausencia de diálogo… El diálogo entre los diferentes actores que impulsamos, de algún modo, la economía de El Salvador.

Es interesante revisar los indicadores económicos de nuestra historia; a muchos, quizá, les sorprenderá conocer que después de los Acuerdos de Paz, exactamente a inicios de los años 90, fue la época en la que más crecimos económicamente, llegando en algún momento a tasas arriba del 7 % del producto interno bruto.

Veníamos de una guerra que duró doce años y que dejó pérdidas económicas estimadas en 1.600 millones de dólares. ¿Qué sucedió entonces en esa época? Hubo diálogo. Las fuerzas políticas, la guerrilla y todos aquellos que ansiaban el cese de la violencia por fin se entendieron, lo que derivó en la firma de los Acuerdos de Paz en 1992.

La economía de El Salvador había estado estancada por más de diez años. Sin embargo, logró ver la luz en el mismo año de los acuerdos, pasando del 3 al 7 % de crecimiento, aproximadamente. El Salvador se volvió un país atractivo para las inversiones y el gobierno de turno comenzó a enfocarse en mejorar el clima de negocios.

Esto solo nos puede llevar a pensar una cosa: no existe ninguna situación, por más adversa que sea, que no se pueda solventar con el entendimiento y la disposición de todos los involucrados. Si esos hombres y mujeres de la época no hubieran reconocido que el único camino era el diálogo, quizás aún nos encontraríamos en el conflicto armado.

Ahora los tiempos son otros. Firmamos la paz, sí, pero en las calles aún se vive una guerra que deja en promedio diario 20 muertes violentas. Según la Fiscalía General de la República, el mes de mayo fue incluso más violento que la propia guerra civil, registrando cuatro muertos diarios más que en aquel tiempo.

Y es que la criminalidad en El Salvador es uno de los factores que más está afectando el clima de negocios. Muchos empresarios, de todos los niveles —micros, pequeños y grandes— se están viendo afectados, ya que no solo tienen que lidiar con pagos de vigilancia, sino también con el pago de la “renta”, a cambio de no afectar sus vidas.

Otro factor que sin duda está dificultando que temas como la criminalidad no se puedan resolver prontamente es el divorcio empresa-Gobierno. Las propuestas de ambos sectores, aunque sean positivas, son desacreditadas por los opositores del Gobierno y viceversa. Para unos el rumbo del país camina en el sendero correcto y, para otros, nunca habíamos perdió tanto la brújula.

No se trata de aceptar ciegamente las propuestas de unos y de otros. Se trata de juntos buscar un entendimiento sincero; de sentarse y pensar en qué es lo mejor para el país. La clase política también se debe poner de acuerdo. Esto es clave para darle un nuevo norte a la nación. Los empresarios podrán proponer buenas ideas; pero mientras los políticos no se sienten a dialogar, tampoco se logrará el bien común.

Todo parece negativo, pero en realidad no es así. El mayor capital y la mayor oportunidad para el crecimiento económico están en la gente, en el salvadoreño que día a día se esfuerza por sacar adelante a su familia. La campaña publicitaria de la Universidad Tecnológica de El Salvador se ha centrado, justamente, en ese principio: Un país sale adelante cuando tú sales adelante.

En este punto, es necesario mencionar el papel de las universidades en el mejoramiento del clima de negocios. Nosotros, como impulsores del conocimiento, tenemos la responsabilidad de entregar a la sociedad profesionales que no solo encuentren empleo, sino que sean generadores de estos. Es por eso que le apostamos al emprendimiento desde nuestras aulas.

De esta apuesta ya tenemos frutos. Algunos de nuestros estudiantes han tenido éxito fundando sus propias empresas, e incluso están brindando empleo a otras personas. Casos como estos son los de Inglish4CallCenters y Artcode, fundados por jóvenes estudiantes que están teniendo éxito en sus respectivos mercados.

El acercamiento de estudiantes con la empresa privada también es importante; y esto lo hacemos a través de la Asociación de Universidades Privadas de El Salvador, por medio de un convenio de vinculación Universidad-Empresa para promover el intercambio de experiencias que permitan alcanzar fines comunes, como el desarrollo económico y social del país.

Las universidades también somos parte de ese diálogo de entendimiento que debe enrumbar al país hacía un clima positivo. Estamos conscientes de que, como centro de pensamiento, nuestro objetivo debe ser formar profesionales con visión a largo plazo, que conozcan y analicen la historia, que tomen lo bueno y tengan siempre deseos de superación.

Ya es tiempo de hacer un alto y pensar cómo queremos heredar el país a nuestros hijos, a nuestros nietos, a todas esas generaciones que nos sobrevivirán. Este es un país con grandes posibilidades. Los problemas son mínimos si nos ponemos a pensar que somos más los que queremos un mejor futuro; que somos más los que trabajamos honradamente; que somos más los que estamos dispuestos a caminar la milla extra hacia un diálogo positivo y esperanzador.

En el 2015, ¡levantemos juntos El Salvador!

Por alguna razón, los seres humanos tendemos a pensar y actuar en función de ciclos. Quizás sea porque la vida misma está marcada por un inicio y un fin, o talvez se deba a que nos dan la oportunidad de recomenzar y creer que siempre podemos hacer las cosas de mejor manera.

Una de las épocas más propicias para cerrar y abrir ciclos es precisamente la del final de cada año, que al coincidir con una celebración trascendental para el mundo cristiano, como es el nacimiento de Jesucristo, que marcó a su vez el inicio de una nueva era para la humanidad, generan el ambiente propicio para la reflexión y la introspección.

En la Utec creemos que cualquier momento es adecuado para realizar ese ejercicio reflexivo. Por eso, tratamos siempre de promoverlo entre nuestra comunidad educativa; pero también tratamos de que trascienda hasta la sociedad que nos rodea y en la cual podemos influir. Una manera de hacerlo es cuando, desde los servicios educativos que ofrecemos y que son nuestra razón de ser, tratamos de promover entre nuestros estudiantes su capacidad crítica y su responsabilidad social.

Como somos una institución comprometida con su misión y con una visión integral de la educación, sabemos que la influencia que en ellos ejercemos por medio de su proceso de aprendizaje no se queda ahí, sino que trasciende hasta sus familias, sus amigos, sus compañeros, las empresas en que trabajan y la sociedad en general. De ahí la importancia de que la calidad y la excelencia permeen ese proceso.

Por eso también, en su momento les dijimos, a ellos y al país, que la vida había que enfrentarla con actitud positiva y, para satisfacción nuestra, el mensaje ha sido bien acogido dentro y fuera de la Utec. Más adelante explicamos cómo se materializaba esa actitud positiva e invitábamos a ver una profesión como algo más que un trabajo, a estudiar por convicción y no por conveniencia, a esforzarse por algo más que un título y a formarse para hacer la diferencia, conscientes de que el éxito no llega, sino que hay que construirlo.

Hoy llegamos nuevamente al inicio de un año, en un ambiente de alegría, buenos deseos y nuevos propósitos. En la Utec sabemos que el 2015 no será un año fácil, pero con fe y optimismo los invitamos a todos a esperarlo y enfrentarlo con la mejor de las actitudes: la positiva, y a que todos hagamos nuestras las frases de nuestra campaña de comunicación actual y las traslademos a nuestras vidas, convencidos de que un país se levanta, cuando tú te levantas; que un país mejora, cuando tú mejoras; que un país se transforma, cuando tú te transformas; que un país progresa, cuando tú progresas; que un país avanza, cuando tú avanzas; que un país cree, cuando tú crees; que un país se supera, cuando tú te superas; y, finalmente, que un país no se detiene, cuando tú no te detienes.