Diálogo y clima de negocios
Para nadie es un secreto que la economía del país no se encuentra en su mejor momento. Las causas de esta realidad son diversas, todas importantes y urgentes para enfrentar; pero hay una que merece especial atención: la ausencia de diálogo… El diálogo entre los diferentes actores que impulsamos, de algún modo, la economía de El Salvador.
Es interesante revisar los indicadores económicos de nuestra historia; a muchos, quizá, les sorprenderá conocer que después de los Acuerdos de Paz, exactamente a inicios de los años 90, fue la época en la que más crecimos económicamente, llegando en algún momento a tasas arriba del 7 % del producto interno bruto.
Veníamos de una guerra que duró doce años y que dejó pérdidas económicas estimadas en 1.600 millones de dólares. ¿Qué sucedió entonces en esa época? Hubo diálogo. Las fuerzas políticas, la guerrilla y todos aquellos que ansiaban el cese de la violencia por fin se entendieron, lo que derivó en la firma de los Acuerdos de Paz en 1992.
La economía de El Salvador había estado estancada por más de diez años. Sin embargo, logró ver la luz en el mismo año de los acuerdos, pasando del 3 al 7 % de crecimiento, aproximadamente. El Salvador se volvió un país atractivo para las inversiones y el gobierno de turno comenzó a enfocarse en mejorar el clima de negocios.
Esto solo nos puede llevar a pensar una cosa: no existe ninguna situación, por más adversa que sea, que no se pueda solventar con el entendimiento y la disposición de todos los involucrados. Si esos hombres y mujeres de la época no hubieran reconocido que el único camino era el diálogo, quizás aún nos encontraríamos en el conflicto armado.
Ahora los tiempos son otros. Firmamos la paz, sí, pero en las calles aún se vive una guerra que deja en promedio diario 20 muertes violentas. Según la Fiscalía General de la República, el mes de mayo fue incluso más violento que la propia guerra civil, registrando cuatro muertos diarios más que en aquel tiempo.
Y es que la criminalidad en El Salvador es uno de los factores que más está afectando el clima de negocios. Muchos empresarios, de todos los niveles —micros, pequeños y grandes— se están viendo afectados, ya que no solo tienen que lidiar con pagos de vigilancia, sino también con el pago de la “renta”, a cambio de no afectar sus vidas.
Otro factor que sin duda está dificultando que temas como la criminalidad no se puedan resolver prontamente es el divorcio empresa-Gobierno. Las propuestas de ambos sectores, aunque sean positivas, son desacreditadas por los opositores del Gobierno y viceversa. Para unos el rumbo del país camina en el sendero correcto y, para otros, nunca habíamos perdió tanto la brújula.
No se trata de aceptar ciegamente las propuestas de unos y de otros. Se trata de juntos buscar un entendimiento sincero; de sentarse y pensar en qué es lo mejor para el país. La clase política también se debe poner de acuerdo. Esto es clave para darle un nuevo norte a la nación. Los empresarios podrán proponer buenas ideas; pero mientras los políticos no se sienten a dialogar, tampoco se logrará el bien común.
Todo parece negativo, pero en realidad no es así. El mayor capital y la mayor oportunidad para el crecimiento económico están en la gente, en el salvadoreño que día a día se esfuerza por sacar adelante a su familia. La campaña publicitaria de la Universidad Tecnológica de El Salvador se ha centrado, justamente, en ese principio: Un país sale adelante cuando tú sales adelante.
En este punto, es necesario mencionar el papel de las universidades en el mejoramiento del clima de negocios. Nosotros, como impulsores del conocimiento, tenemos la responsabilidad de entregar a la sociedad profesionales que no solo encuentren empleo, sino que sean generadores de estos. Es por eso que le apostamos al emprendimiento desde nuestras aulas.
De esta apuesta ya tenemos frutos. Algunos de nuestros estudiantes han tenido éxito fundando sus propias empresas, e incluso están brindando empleo a otras personas. Casos como estos son los de Inglish4CallCenters y Artcode, fundados por jóvenes estudiantes que están teniendo éxito en sus respectivos mercados.
El acercamiento de estudiantes con la empresa privada también es importante; y esto lo hacemos a través de la Asociación de Universidades Privadas de El Salvador, por medio de un convenio de vinculación Universidad-Empresa para promover el intercambio de experiencias que permitan alcanzar fines comunes, como el desarrollo económico y social del país.
Las universidades también somos parte de ese diálogo de entendimiento que debe enrumbar al país hacía un clima positivo. Estamos conscientes de que, como centro de pensamiento, nuestro objetivo debe ser formar profesionales con visión a largo plazo, que conozcan y analicen la historia, que tomen lo bueno y tengan siempre deseos de superación.
Ya es tiempo de hacer un alto y pensar cómo queremos heredar el país a nuestros hijos, a nuestros nietos, a todas esas generaciones que nos sobrevivirán. Este es un país con grandes posibilidades. Los problemas son mínimos si nos ponemos a pensar que somos más los que queremos un mejor futuro; que somos más los que trabajamos honradamente; que somos más los que estamos dispuestos a caminar la milla extra hacia un diálogo positivo y esperanzador.
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